EN EL 80 ANIVERSARIO DEL
NACIMIENTO DE EDUARDO GALEANO, El AUTOR QUE NOS ENSEÑO A LEER NUESTRA HISTORIA
Víctor Rey
“Nací el 3 de septiembre de 1940, mientras
Hitler devoraba media Europa y el mundo no esperaba nada bueno.” Palabras de
Eduardo Galeano en su irónica Autobiografía Completísima.
Tuve la oportunidad de escuchar y conocer dos
veces a Eduardo Galeano. La primera vez
fue en Santiago de Chile en el año 1988, meses antes del plebiscito que
derrotaría a Pinochet. Fue en una sala
de
Su muerte A los 74 años nos golpeó a muchos
por lo prematuro de su partida. Deja un
gran vacío en la literatura latinoamericana, ya que ha sido uno de los
escritores más relevantes del último tiempo.
Su obra fue traducida a una veintena de idiomas y su muerte causó
diversas reacciones en el mundo. La política y la cultura también lo unieron
con Chile, país que visitó por última vez en 2013.
“Quiero dedicar esta lectura a un gran amigo
mío, y creo que de todos ustedes, que se llamó y se llamará por siempre jamás,
Salvador Allende”. De este modo comenzaba Eduardo Galeano la presentación de su
último libro, Los hijos de los días (2011), el 9 de enero de 2013, ante una
repleta sala Antonio Varas, cuya capacidad fue ampliamente sobrepasada por la
cantidad de personas que querían escucharlo.
Esa fue la última visita a Chile del escritor
uruguayo, falleció el 15 de abril del 2015, debido a complicaciones de salud
derivadas del cáncer de pulmón que se le diagnosticó en 2007.
Eduardo Germán María Hughes Galeano nació el
3 de septiembre de 1940 en Montevideo y su obra ha sido traducida a una
veintena de idiomas. Entre sus libros más influyentes se encuentra Las venas
abiertas de América Latina, publicado en 1971, y censurado por varias
dictaduras latinoamericanas, entre ellas, la chilena.
Ese es uno de sus vínculos menos felices con
Chile, un país que visitó en repetidas ocasiones y con el que mantenía lazos
más perdurables. Los comenzó a construir cuando era un veinteañero, dirigía el
diario Época y se hizo amigo de Salvador Allende, quien incluso lo visitaba en
las oficinas del medio.
Fue el periodismo, de hecho, su primer
contacto con la escritura. Cuando era un adolescente le vendió una caricatura
al diario El Sol y en sus planes no estaba dedicarse a la literatura: “Siempre
creí que iba a ser dibujante. También creí que iba a ser jugador de fútbol,
santo, miles de cosas quise ser y no pude, pero jamás se me pasaba por la
cabeza la idea de ser escritor, nunca. Eso ocurrió tarde en la vida, a partir
del periodismo”, dijo al programa Vuelan las Plumas, durante esa última visita
a Chile.
“Empecé a ejercer el periodismo como una
manera de entrar en la realidad. Me apasionaba meterme en las noticias, de
carne y hueso”, añadió en esa ocasión.
“Yo
podía hacer una crónica policial o de deportes -muchas veces hice de fútbol- y
me apasionaba ese contacto directo con la realidad que te puede dar el
periodismo. La ficción no me lo daba. Hice algunas tentativas de escribir
ficción, pero no me entusiasmaba como esto, que provenía de la realidad. Era la
realidad contándote sus secretos, sus misterios, desafiándote”, relató.
En 1973, luego del golpe de Estado en
Uruguay, Eduardo Galeano se estableció en Argentina, donde fundó otro medio de
comunicación, Crisis. Tres años más tarde, nuevamente la represión lo llevó a
España. Solo volvería a Uruguay en 1985, con el retorno de la democracia en ese
país.
Tres años después estuvo en Chile para
recibir el premio José Carrasco Tapia, que concedía la revista Análisis. El 19
de enero de ese año, en su discurso, dijo palabras que bien podrían servir
ahora para despedirlo: “Este es un homenaje a la pasión de vivir, iluminada por
la viva memoria de un compañero asesinado, y ésta es una celebración de la
alegría de creer en ciertas cosas que la muerte no puede matar”
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